
"La vida es nada si la libertad se pierde". Esta fue una de las premisas que guiaron la acción y la lucha de Manuel Belgrano, a quien recordamos -quizás injustamente- más por ser el creador de la bandera nacional, que por sus convicciones revolucionarias y su pensamiento de avanzada para su tiempo, desde el cual fue uno de los promotores de la creación de la Primera Junta de 1810, y uno de los primeros en utilizar sin temor la palabra independiencia, el 27 de febrero de 1812. Fue por ese objetivo que ese día les hizo jurar a sus soldados a orillas del río Paraná.
Lejos dejarse llevar por las ansias de grandeza, decía sobre sí mismo: "Mucho me falta para ser un padre de la Patria. Me contentaría con ser un buen hijo de ella".
Este 20 de junio se cumplen 190 años desde su muerte, que se produjo en medio de la pobreza, a la que -habiendo nacido en el seno de una familia acomodada de Buenos Aires- lo habían llevado su austeridad, generosidad y amor a la Patria, que él mismo estaba contribuyendo a crear.